domingo, 4 de diciembre de 2016

De Res Ineptior. Tertio

ATENCIÓN, PONER LA REPRODUCCIÓN DEL
VÍDEO MIENTRAS SE LEE PARA AMBIENTAR
EL POST Y SU LECTURA

El tema de hoy sera:
Sobre el ostracismo.

Saludos amigos de lo divino y de lo humano. Primeramente, me veo obligado a pediros disculpas por el tiempo que ha pasado sin redactar una pagina de bitácora de espíritu elevado, pero la caprichosa Caliope no me ha regado con sus dones en un tiempo. Pero de echo, Melpomene nos ha arrebatado hasta un drama que podría ser de su querido Esquilo, mas todo por culpa de la caprichosa Talia, que agito la mente de uno de mis contubernios de bitácora.  Y los actos de Eris, carente de nombre propio la mayoría de las ocasiones. Todos ellos en forma de bitácora con un desmesurado hibris, alimentado por patronazgos de pulso agotado y vista borrosa.

El tema de hoy es un lección de historia y del uso desmesurado del poder para los propios fines. Seguramente, todos vosotros, cultos lectores, conocéis el termino. E incluso su aplicación y resultado, a través de los seriales televisivos o de las entregas novelescas a las que seáis aficionados. Pero es algo más complejo, y para ver esta diferencia en el matiz contextual hay que viajar hasta el origen del termino, y así poder ver sus aun más funestas connotaciones.

ὄστρακον, ostrakon.
En la parte superior izquierda se puede leer
Aristides de Lisimaco, apodado "el Justo". Condenado

al ostracismo por su rival Temistocles, convencio a la
asamblea de que aspiraba a la tirania de la ciudad.
El ostracismo (ὀστρακισμός) como tal, aparece en Grecia, la Antigua Grecia, cuna de filósofos y musas, allá por el turbulento siglo VI a.d.C. En concreto aparece en la ciudad de Atenas, donde aparece el primer germen de la δημοκρατία (democracia). 

En esta democracia primitiva y rudimentaria, los representantes de la asamblea de la ciudad se reunían a los pies del monte del barrio de Κεραμεικός (Kerameikos), el barrio de los alfareros.  En aquel lugar los ciudadanos votaban inscribiendo en un trozo de cerámica rota (ὄστρακον, ostrakon) el nombre de un ciudadano que pensaran era un perjuicio para la pòleis. Pues, en esta votación, quien obtuviera la mayoría absoluta era exiliado. El ostracismo condenaba a diez años de destierro en plazo de diez días a ciudadano y a su familia marcado por los votos. Por tanto, la solución a la discusión era la eliminación, por que la censura es la solución más rápida y sencilla.

En numerosas ocasiones el sufragio se veía influenciado por hábiles oradores, los demagogos, los cuales dirigían a los votantes con su opinión. Esta situación da lugar, como nos indicaba Polibio, a la ὀχλοκρατία (oclocratia) o gobierno de muchedumbres o gentíos. De este modo, estos demagogos, generalmente puestos de poder como un administrador, utilizaban estas votaciones para quitar de en medio a quienes les molestaban. Y esto se semeja en demasía a lo que ocurre en nuestro mundo de bitácoras de miniaturas, demagogia desde los púlpitos internauticos.

Pero ciertamente lo peor del ostracismo no esta en el hecho en si de exiliar, si no en el misero adlater que alcanza un pequeño puesto de administración en su comunidad, y que luego usa para eliminar las voces contrarias a él. Sus herramientas serian (son) la mentira y la difamación, pero siempre usaría (usa) la fachada de ser uno más, o incluso de ser el más débil y el más atacado por los malvados, que es necesario exiliar. Por ejemplo, alguien que contradice su visión ortodoxa de su limitado mundo.

Y por esto el ostracismo es tan terrible. Por que era (es) el arma de un miserable luctuoso (que podría ser un sindico de bitacoras) que usa su poder para perpetuarse a el mismo y a los estipendios que le arrojan sus abyectos patrones.

En ultimo lugar, no quiero terminar sin despedirme de aquel que no se toma las cosas personalmente. Pues no le va la vida en ello, más para no dar su brazo a torcer y no mostrar su mediocritud, jamas dudo en aplicar la pena aquí descrita. Y uso la difamación y la censura como quien siembra trigo en el campo. Y cumpliendo con mi palabra al arconte primo de la fragua de no llamar a Eris, mantendré la distancia con la funesta bitácora y su ruin redactor a partir de este mismo momento.

Aquí termino esta misiva digital y me despido diligentemente
desde una bitácora exiliada de la Fragua del dios de la Guerra.
Atentamente vuestro.
Epistolario.

4 comentarios:

  1. Como que Albinoni?!!!

    No me toques los "cuyoni"!!

    WAGNER COÑO!!!!

    Sobre el artículo, nada que objetar.

    BRAVISIMO!!

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    Respuestas
    1. Albinoni es el grande entre las sombras del barroco, a la sombra de Vivaldi, Bach y esa gente.
      Sus obras para Oboe son sublimes.
      Y si, yo tambien estoy de acuerdo conmigo mismo.

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  2. estoy recibiendo amenazas de no cambiarme cromos desde mi tamagochi

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