Pintando... Lobos Espaciales (Dreadnought y Redemptor Dreadnought)

Warpinpaleros saludos. Para retomar el pulso al blog (y a mí mismo de paso), volví a pillar ritmo de publicación con un juego de mesa que había pintado hace un tiempo, Fireteam Zero. Hoy vengo con cosas más profanas y profanadoras, como es el oscuro cuadragésimo milenio del futuro guorchopero.

Y va la cosa de esos  gigantes metálicos paticortos que todo el mundo amamos y que ningún jugador competitivo hará que pisen la mesa en esta perfecta octava edición. Me refiero, claro está, a los dreadnoughts. Y como soy un moderno y un hipster de cuidado a la vez, traigo dos, para fastidiar. Uno normal y otro primaris. Con un par... 

A qué me recordará a mi esto.... ah, ya se...

...¡Los dreadnoughts golpean dos veces!

Pero como casi siempre, no es algo para mi, sino de encargo. En concreto, sigo con aquel ejército de Lobos Espaciales que empecé tiempo ha, que poco a poco se va terminando... o no, gracias a el magnífico invento de los primaris. El Redemptor es un intento de conversión del (este) easy-to-build (debería de estar traducido). Le añadí algunas piezas sobrantes que tenía por ahí después de montar y pintar otros aparatejos de estos, y de algún vehículo de los Lobos Espaciales anteriormente. Así que un mini estandarte por aquí, unas placas pectorales por allí, una garra gélida por acá y voilá, más bonico que un San Luis.

El segundo es el clásico dreadnough clásico de plástico adornado con más piezas sobrantes para que tenga su toque lobuno espacial. En este las placas pectorales encajan mejor, ya que proceden de la matriz de Bjorn Fell-handed (el no-primaris). No tengo el mismo arte con las conversiones que nuestro vecino y amigo Epistolario, pero al menos, pasaron su aprobación.

Como había armas de sobra, tiene también la posibilidad de poner un lanzamisiles y un laser acoplado a gusto del consumidor. Porque antes las figuras no eran monopose. Porque lo antiguo siempre es mejor... ¿o no?

Como las comparaciones son odiosas, dejaré el tema por hoy. Antiguo o moderno, grande o pequeño, cada uno tiene sus virtudes y defectos. Simplemente me iré diciendo que es mejor no compararse con otros, que lo importante no es el tamaño... y ahí lo dejo, que luego se me malinterpreta. Que cada uno saque sus propias conclusiones...