Hace un tiempo, y con motivo de mí exacerbado estatus de warhazombie, decidí hacer un ejército de guerreros de caos de Nurgle con motivo del libro de campaña The Glottkin, en el que pretendo mezclar mortales, demonios y hombres bestias, a la vieja usanza, la de los años dorados.
Para empezar no se me ocurrió mejor idea que los corruptores del apocalipsis de Avatar of War. Y he de confesar que todo un carrusel de emociones me ha invadido mientras las montaba y pintaba: alegria, ira, desespero, placer, etc.
Las miniaturas de esta gama me han dejado un sabor agridulce desde hace un tiempo ya que, a mi parecer, la calidad de sus modelados ha disminuido bastante en líneas generales, aunque siguen sacando minis muy buenas. Supongo que el refrán "vísteme despacio que tengo prisa" se podría aplicar en este caso.
En mi avaricia y vanidad, me compré las dos cajas. Una con armas a dos manos con un personaje acorde y otras con armas de mano y escudo y otro personaje. Las cajas tienen un precio magnífico, 35 euros por 24 minis y un personaje. Simplemente brutal.
Como bién se ve en la imagen. ahora mismo se pueden comprar por 35 euros 16
minis de cada tipo y a ese precio por mi parte se las puede coger un burro, ya
que no lo valen ni de coña, pero bueno, es cosa de gusto.
El material de las minis es un plastiquete chalmers (PVC) que deja un poquito que desear ya que este material no es capaz de captar todo el rendimiento que un molde puede ofrecer (lo mismo le pasa a Relic Knight). Además no se puede usar pegamento para plástico que para mí es la mejor opción para pegar miniaturas. Esos sí, los personajes son de sacrosanto metal.
Vienen en unas bolsitas ya desmatrizado, lo cual para vagos como yo esta de puta madre, así que decidí abrir las bolsitas de ambas cajas y las lavé con agua tibia y fairy. Esto lo hago con cualquier material que no sea el plástico típico de GW (o Wyrd miniatures, Warames Fáctory, Warlord, etc) ya que la resina, el PVC e incluso el metal (alabado sea) pueden contener restos del desmoldante que hagan saltar la pintura.
Pues bien, a la hora de montar me di cuenta de cuan imbécil había sido, ya que, como cualquiera con capacidades mentales normales habría pensado, las piezas como brazos y todo eso no son iguales y estuve un buen rato separándolas de nuevo. EL montaje es un tanto complejo, ya que si quieres que encajen bien en la unidad vas a tener que tener cuidado, pero por otro lado da lugar a un montón de posiciones muy chula, sobre todo jugando con la postura de la cadera y de los pies.
Para pintarlos decidí salirme el esquema típico de verdes de Nurgle, así que los imprime con Barbarian flesh de The Army Painter, les di un lavado de Carroburg crimson y dos pinceles secos, uno bastante cargado con Rakarth Flesh y otro con Praxeti White, para remarcar las sombras sombreé los huecos con Agrax Earthshade, y en los orificios de corrosión de la armadura les di un poco de Nihilakh oxide.
El metal es Leadbelcher con Agrax Earthshade, Typhus corrosion, y Riza rust.
Los tabardos y capuchas (que me gusta mucho como han quedado) son 4-5 lavados de Agrax Earthshade sobre una base Negra (Vallejo en este caso) y dos subidas muy abruptas, la primera con Stormvermin fur y la segunda con Karak stone. Las sucesivas capas de tinta van suavizando las subidas y les da un aspecto bastante natural (al menos según mi parecer).
Al resto les fui dando color según se me iba ocurriendo, dándoles unos toques finales a las vísceras y las fauces abiertas con Blood for de blood god y Nurgle's rot.
Para terminar las penas se las hice con un royo pantanoso que ya explique anteriormente.
Sin más os dejo con un montón de fotos cuyo enfoque no es muy bueno para así poder alegar que es cosa de la cámara, y no de que soy un manko pintado.
Un saludo y espero que os guste y os sea útil ;)
Y yo que iba a hacerlos con ese esquema... ¡Te me adelantaste, maldito! Muy resultones te han quedado, si señor. Y como has dicho, con el precio de la caja con el personaje están más que bien, aunque no se si están aun disponibles...
ResponderEliminaralguno queda, aunque un tendero codicioso se quedo con casi todos ellos con el unico fin de revolcarse en la miseria de su espantosa ignominia
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